OPORTUNIDADES.

Y NUNCA REGRESARÁN.
A menudo me pregunto cuáles serán las causas naturales, humanas y fundamentales que han provocado y provocan a cada instante mis actos. Me pregunto por qué al mirar atrás me invaden unas ganas infinitas de abrir la ventana y saltar, no lo puedo evitar...

Todos tenemos una meta en la vida, la de ser felices. Día a día me pregunto como ser feliz sin defraudar a nadie, en vez de limitarme simplemente a serlo. Porque a veces parece que vivimos para los demás y no para nosotros.¿ Por qué no soy capaz de dar un paso pensando solamente en mí?Seguiré sin entender por qué me condiciona tanto lo que los demás opinen de mí,por que actúo según a lo que a los demás les satisface. Sin darnos cuenta, funcionamos como marionetas guiadas por personas que saben tan poco de la vida como nosotros mismos, o incluso menos, quién sabe.

Miles de oportunidades se presentan cada día, mientras tanto muchas otras se van, se van y nunca más vuelven. Siempre me atormentará esa duda de si era alguno de ellos ése camino que me habría llevado a esa felicidad que tanto deseo , y que por miedo ignoré, le di la espalda. 

Vivimos en una sociedad de un tres por cuatro, dónde la gente tiene miedo a los cambios, vivimos bajo el concepto de que si algo de lo que hacemos rompe las reglas, la monotonía, lo habremos hecho mal. Miedos y más miedos, pero realmente,¿tenemos miedo de intentarlo o tenemos miedo de no conseguirlo?

Miles de puertas abiertas y me paro a pensar en cómo abrir las que ya se cerraron. Y sin darme cuenta la vida pasará frente a mi, y entonces de nada servirán los arrepentimientos, no hay más tiempo, todas las puertas se cierran, las cartas de la vida ya están jugadas.